El gusto de Kenny G por la música no es una afición madura. Ya en el colegio se apuntaba a tocar el saxo. Pero fue con 17 años cuando tocó su primer concierto profesional, como miembro de la Barry White’s Love Unlimited Orchestra.
Desde entonces, la música se hizo un hueco más amplio en una agenda, en la que los estudios de Contabilidad también aparecían. El día era para los números y la noche para los acordes. Así hasta 1982, el año clave para Kenny G. Esta es la historia de dos décadas de música excelente.
En sus inicios, antes del redondo 1982, Johnny Mathis, The Spinners y Liberace fueron compañeros de escenario de Kenny G, quien antes de unirse al grupo de fusión de jazz de Jeff Lorber en 1979, formó un grupo local de funk (Cold, Bold &Together).
Durante su etapa Lorber, el que entonces era presidente de Arista, Clive Davis, clavó sus ojos en Kenny G. A partir de ahí, la carrera discográfica de Kenny G echó a volar. En 1982, Arista lanzó la colección auto-titulada “Kenny G”, que mostraba los múltiples talentos del músico.
Y es que, Kenny G tocaba el sintetizador, la flauta, el saxófono tenor y soprano y el mini-moog (sintetizador antiguo).
Dos años después, en 1984, Kenny G ya tenía su primer disco de platino, que volvería a conseguir un año más tarde. “Grace” y Gravity”, por este orden, fueron sus primeros discos estrella con los que consiguió congeniar con un público que adoraba el R&B y el jazz.
Sin embargo, el exitazo llegó con “Duotones” y con “Songbird”, la gran canción de Kenny G y el tema que rompió las listas de ventas internacionales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario